RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

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jueves, 6 de junio de 2019

NO DEJES QUE TE COMA EL TIGRE


Prácticamente, ya tenemos el verano encima y con él, todos los peligros que nos acechan en la naturaleza, sobre todo en las playas catalanas de la Costa Brava


miércoles, 29 de agosto de 2018

¡OIGA, COMPADRE!


-¡Oiga, compadre! Se lo tengo dicho. No se preocupe usted de lo que dicen por ahí sobre nosotros. Hemos terminado de trabajar y nos merecemos una cuartita de vino tinto como cualquiera. Lástima de que no tengan un poquito de cherne para acompañar; por lo que parece, hemos llegado algo tarde aunque, a decir verdad, nunca es tarde para unos tragos que es por lo que según usted, se nos critica tanto y tan duramente.

-Mientras no aparezca por aquí la guardia civil, a mí me da lo mismo lo que digan por ahí. Yo no he matado a nadie, ni siquiera al cosechero que arruina nuestra salud con este vinagre barato a siete pesetas la cuarta. Pero qué le vamos a hacer: de algo habrá que morir, ¡digo yo!

-Si me dan a escoger, yo prefiero morir de un infarto que de cirrosis porque dicen que no te enteras ni te da tiempo de arrepentirte de nada, de modo que según los curas, iría uno directo al infierno pero, aun así, lo prefiero.

-No se preocupe, que el infierno no existe. Se lo han inventado los curas para vivir a costa nuestra ¿o acaso cree usted que ellos no comen ni beben como nosotros? Lo que pasa es que llevan sotana y no se les nota pero yo conocí a uno que murió de cirrosis y tuvo tiempo de arrepentirse. Aun así, me han dicho que ese sí que se pudre en el infierno porque sus pecados parecían tan graves que ni Dios fue capaz de perdonarle; aunque insisto: el infierno no existe.

viernes, 27 de julio de 2018

LEA LAS INSTRUCCIONES DE ESTE MEDICAMENTO Y CONSULTE AL FARMACÉUTICO


El verano no sólo suele traer altas e insoportables temperaturas sino además nuevos y soporíferos programas de sobremesa en la carta de estío de las distintas cadenas de televisión que automáticamente rechazamos en favor de aquellos otros canales que, como cada año, nos obsequian con el desarrollo ciclista del popular TOUR DE FRANCE mientras en el sofá degustamos cualquier bebida refrescante de moda en la medida que los deportistas pedalean pesadamente hacia la cima del TOURMALET.

En ocasiones, la pereza, cuando no el sopor, suele despertar en los individuos un delicado sentido del humor que en verano a causa, probablemente, de las altas temperaturas o, tal vez, por el efecto que en nosotros ocasiona la excesiva ingesta de las bebidas refrescantes a las que me he referido,  persiste rayando en lo surrealista.

Tal es el caso del finísimo humor que subyace bajo las recomendaciones anunciadas al final de los numerosos consejos publicitarios que en televisión interrumpen constantemente el desarrollo del TOUR DE FRANCE y que tienen que ver con toda la farmacopea de la que cualquiera puede disponer para tratar de evitar todos aquellos males físicos de los que nos podamos sentir seriamente afectados, por ejemplo: hemorroides, dolores musculares, estreñimiento, acidez, picaduras de insectos, tos, etc., etc.

Aunque los fármacos en cuestión pertenezcan todos ellos a distintos laboratorios, lo cierto es que las recomendaciones finales por cada uno de ellos tienen en común un mismo formato: tipografía blanca sobre fondo azul y que dice así:
LEA LAS INSTRUCCIONES DE ESTE MEDICAMENTO
Y CONSULTE AL FARMACÉUTICO
Desde luego que cada medicamento lleva consigo en su envoltorio las instrucciones de uso: posología, composición, dosis,  etc., etc.
Lo que no acaba de entenderse bien es a qué farmacéutico hay que pedirle consejo y dónde localizarlo.

¿Se trata del mismo y único farmacéutico a quien consultar los distintos fármacos y para todos los consumidores del país?

No sería nada de extrañar que debido a la precariedad de empleo de la que adolece el sector,  sólo dispusiéramos de un único farmacéutico para tratar de aconsejar a tantos miles de consumidores como parece ser que existen en España.

¿No hubiera sido mejor advertir “CONSULTE A SU FARMACEUTICO”.

domingo, 11 de marzo de 2018

8 DE MARZO ....y el día después

El pasado 8 de Marzo, día de la mujer trabajadora, Lázaro se sentía incapacitado para intentar planchar. El fuerte dolor de lumbago además de la quemadura sufrida en la muñeca con aceite hirviendo mientras, en la cocina y en ausencia de su mujer, trataba de freír un huevo, se lo impedían por completo. Luego de desayunar y de aplicarse pomada en el antebrazo en previsión a una posible infección además de tomarse un ibuprofeno para calmar el intenso dolor que sufría en los riñones, corrió a buscar refugio en el confortable sofá donde permanecería tumbado frente al televisor hasta la llegada de su mujer, disfrutando del partido de fútbol entre el LAZIO y el DINAMO de Kief correspondiente a la final de Europa League que se jugaba ese día y que terminaría en empate.

Bien entrada la noche llegó su mujer de la manifestación y en cuanto le vio en aquel estado tan lamentable se precipitó hasta la cocina a prepararle un caldito caliente y reparador. Mientras le administraba el consomé a cucharadas, Lázaro le confesó casi llorando que el LAZIO había perdido la final. No pienses en eso ahora, cariño, -le aconsejó su mujer-, y descansa tranquilamente hasta mañana; ya verás cómo te pondrás bien.

Al día siguiente, bien temprano, su mujer fue la primera en ordenarle de manera tajante: ¡LÁZARO, levántate y anda!

martes, 19 de diciembre de 2017

DEFORMACIÓN PROFESIONAL


Mientras la Sra. Daniela envolvía sobre el mostrador de su tienda uno de mis últimos encargos, ésta me confesaba abiertamente que antes de dedicarse, -como ahora hace desde  que contrajera matrimonio-, a enmarcar espejos y cuadros para artistas, su auténtica profesión de soltera fue la de mecánico dentista y que por esa razón, en aquellos tiempos, lo primero en que se fijaba de un chico era en el estado de su dentadura.
-Eso tiene un nombre, -repliqué yo de inmediato-: deformación profesional. Sin embargo, -proseguí-, yo siempre creí que las jóvenes de entonces en lo primero que se fijaban de un chico era en el estado de su cuenta corriente.
-¡Naturalmente que no, Sr. Zoilo! -negó rotundamente la dueña-, porque en tal caso y según su propio criterio, yo hubiera tenido que haber estado empleada entonces como cajera de cualquier entidad bancaria, -¿no le parece?-. Deformación profesional lo llama Vd.


-Sr. Zoilo: por suerte y en cualquier caso, -agregó-, mi marido todavía hoy presume de una excelente, sana y blanca dentadura.
-No lo dudo y me alegro mucho por ambos Sra. Daniela, -respondí con una estúpida sonrisa mientras me tapaba la boca con el dorso de la mano-

domingo, 3 de diciembre de 2017

EL RATÓN COLORADO


A través de un orificio en las tejas, un hilo de luz amarilla y perpendicular atravesaba el sombrío y húmedo espacio de la buhardilla para posarse e iluminar a la vez aquel apetitoso taco de Gruyere dispuesto sospechosamente sobre el suelo. Desde una cierta distancia los ratones ya habían detectado el aroma de aquel diamante holandés en bruto sin apercibirse siquiera que aquella penumbra circundante escondía en las sombras un sofisticado y peligroso mecanismo de muelle tensado de gran potencia y pasador disimulado por aquel vibrante trozo de queso del que nunca llegaron a sospechar el alcance de sus consecuencias.
Después de deliberar en silencio entre ellos durante un buen rato, optaron raudos, todos a una, por dirigirse hacia aquella suculenta representación láctea de su República Independiente sin ni siquiera imaginar todo lo que habría de suceder a continuación y que a la postre se saldaría con un estrepitoso fracaso de organización como consecuencia, -y merced a aquel señuelo-,  de no haber previsto con la suficiente antelación los riesgos que entrañaba aquella deliciosa degustación en grupo.
Cuando confiados, los Jordis, ignorando el peligro en ciernes, cautelosos se aproximaron al Gruyere, seguidos de cerca por el resto de roedores y consiguieron por fin acariciar aquel  tierno diamante amarillo, automáticamente, el pasador que sostenía el queso fresco liberaría sin dificultad el potente muelle tensado y la metálica ratonera, representación tramposa del 155, saltando por los aires, se llevaría por delante a la mayoría de ratoncillos sin apenas haber tenido tiempo siquiera de probar bocado. Sólo se puso a salvo el único ratón colorado que como todo el mundo sabe es el más listo de todos los roedores de su especie. Esa misma tarde, mientras sus colegas entraban por parejas en otras tantas ratoneras metálicas del Estado, el astuto ratón colorado huiría a toda prisa para ocultarse rápidamente entre los cientos de miles de coles de Bruselas.


miércoles, 22 de noviembre de 2017

MISERIA (HUMOR NEGRO)


Las ciudades habían alcanzado ya tan increíbles cotas de miseria que en las comisarías de policía habían aumentado, -sólo en el último año-, en un 80% las denuncias por robos de bolsas de basura en las calles y plazas así como también en domicilios particulares. Hasta tal punto que  las familias mejor acomodadas ahora eran denominadas por la clase media “comedoras de patatas” por ser este el único alimento sólido del que podían en los últimos tiempos permitirse el lujo. Para sobrevivir, algunas de estas se veían obligadas a vender las mondas a sus vecinos más próximos y peor acomodados.


-¿Qué contenía la bolsa sustraída? –preguntó el agente al padre de familia que formulaba la denuncia en comisaría-

-…Pues, -titubeó afligido un momento el denunciante- unas pieles de plátano marrones, media docena aproximada de mendrugos de pan, algunas raspas de sardinas y un puñado de castañas pilongas quemadas, señor.

-¿Y dónde había Vd. conseguido todo eso? –preguntó el agente con la insidiosa curiosidad que provoca la envidia mientras tecleaba con los índices las respuestas.

-Muy cerca de aquí, -se apresuró a contestar el miserable ciudadano- en los sótanos del  supermercado abandonado, junto al almacén de la esquina.

¿Y cómo sucedió todo? –volvió a preguntar el agente, enarcando ahora las cejas en tono interrogante aunque del todo incrédulo-

-Dejé la bolsa un momento en el suelo para atisbar en el interior de un contenedor de basura junto a la acera cuando un joven tan miserable como yo y al que no había tenido oportunidad de ver hasta el último momento……… Aquí lo interrumpió el agente para preguntar de nuevo-

¿La recogió de golpe y salió corriendo? ¿No es así? –remató la pregunta, sonriendo malévolo y acabando él mismo con la respuesta esperada-

-Así es, -admitió resignado el miserable.

-Bien, -respondió el agente tirando del folio en el rodillo de la máquina y obligándole a firmar la denuncia- No le prometemos absolutamente nada, -sentenció-. Pásese por aquí dentro de una semana y ya veremos qué podemos hacer por usted.

Mientras recogía la copia de la denuncia, el agente tuvo tiempo aún de esbozar un pésimo pensamiento y dirigiéndose en voz alta al miserable mascuyó:

Eso os pasa por pedir tanta puta independencia y tanta asquerosa república, coño.

miércoles, 18 de octubre de 2017

MALAS COMPAÑÍAS



Montaje fotográfico y dibujístico de humor protagonizado por el Sr, Puigdemont y el Sr. Joan Tardà


miércoles, 13 de septiembre de 2017

EL JABALÍ

La mayoría de las veces, los artistas nos sentimos sumamente atraídos por acusados rasgos físicos de la personalidad humana que, por una u otra razón, llaman poderosamente nuestra atención. Es más, consideramos que determinada estética no se ajusta del todo a ese canon de belleza que también exige como respuesta una ética y una moral debidamente aparejadas. Tal es el caso del presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras.

Pese a sus kilos de más y a esa forma tan extraña de mirar, su manifiesta habilidad como político ha quedado debidamente demostrada en Cataluña, sobre todo, entre los miles de habitantes que abogan por una Independencia sin condiciones. Pero para ese otro numeroso porcentaje de catalanes en contra de tal independencia, Junqueras es conocido por el sobrenombre de porc senglar (en castellano, jabalí), precisamente por esa rara ubicación de sus ojos en el rostro además de su considerable peso y quién sabe si, también, por su domesticada aunque aparente peligrosidad. Sea como fuere, un determinado físico casi siempre es considerado por el ideal clásico artístico para jugar un determinado rol en la temática a representar por el artista tanto en el lienzo, como en el papel, la piedra o la arcilla, según convenga. De modo que, también, el Sr. Junqueras sería debidamente asociado en el séptimo arte como el  más malo de la película.

Junqueras no lo ha tenido nada fácil en política porque él siempre ha sido consciente de que con un físico como el suyo sería mucho más difícil convencer  a otros de sus auténticos propósitos políticos, haciéndolos pasar por nobles y, sin embargo, su contribución en el proceso soberanista catalán, a mi juicio, ha llegado a pesar mucho más que la del President Puigdemont y no precisamente porque sea más pesado en quilos que su colega sino porque su estrategia y supuesta demagogia política ha calado mucho más honda entre el numeroso electorado independentista y cogiendo por sorpresa al Gobierno de Mariano Rajoy.

Mi modesta contribución a la historia del arte popular catalán ha consistido en este dibujo a lápiz de Oriol Junqueras coronado con el ramo de flores regalado a mi mujer en el día de su feliz cumpleaños.


miércoles, 30 de agosto de 2017

EL CARCAMAL

Según el Diccionario de la Lengua Española editado por la RAE, en sentido despectivo se denomina CARCAMAL a toda persona decrépita y achacosa. Más que una definición propia para designar físicamente a individuos de estas particulares características yo me atrevería a advertir que CARCAMAL define, sobre todo, -independientemente del lamentable deterioro personal-, una forma determinada de ser por parte de algunos sujetos que suelen tener en común, aparte de las físicas características ya mentadas, edades, casi siempre, superiores a los cincuenta años, aproximadamente,  y que por muy distintas razones que luego trataremos de analizar no se encuentran a la altura psicológica, sociológica ni moral que se espera de su propia contemporaneidad. Ello explicaría por sí sólo sus extraños comportamientos en público, sobre todo cuando su deplorable sentido del ridículo además de su atrofiado sentido común, terminan mermando del todo las que deberían ser sus actitudes lógicas y normales en su entorno social. 




¿Cómo explicar si no la velocidad aproximada de sesenta kilómetros por hora por el carril izquierdo de una autopista tomada por un vehículo de gran cilindrada y conducido por un distraído sexagenario? En este caso concreto podríamos achacarle dos distintos errores cometidos, a cual peor: el primero de ellos es, sin duda, circular a una velocidad más baja de lo aconsejable, -con el peligro que ello conlleva-, por el carril de la izquierda; el segundo: ¿Por qué comprarse un vehículo de gran cilindrada para conducir a tan exigua velocidad? No cabe ninguna duda de que en este caso concreto nos encontramos ante un auténtico cuando no peligroso CARCAMAL.

Al llamado CARCAMAL, por lo general, se le puede también encontrar en distintas iglesias, formando parte invitada de alguna boda contraída por algún familiar lejano para poco después tropezarnos de nuevo con él en el banquete, risueño, tras un habano con vitola encendido y sostenido entre los dientes mientras escancia con destreza sidra achampanada con la botella asida por el gollete, la camisa blanca empapada de sudor y la roja corbata floja y previamente mutilada porque alguien mucho más joven que él, previo pago, decidió darle un tijeretazo como, en algunos casos, manda la tradición.

Un tercer y breve ejemplo con el que doy por terminada esta particular observación es la relación de pareja llevada a cabo por un CARCAMAL y una jovencita a quién le dobla la edad. Es aquí donde el CARCAMAL en público encuentra mayor dificultad para adaptarse a las circunstancias porque es consciente, pese a todo, de que no las tiene todas consigo, -aunque se cree capaz,- y pretende estar a la altura que exige la cita sin que se le note demasiado; y vaya si se le nota porque posiblemente haya querido vestirse de manera informal para la ocasión. Se habrá dejado los tirantes en casa y el cinturón que sostiene el pantalón, -oculta del todo la hebilla,- ya se encuentra por debajo del vientre que a su vez se le nota en demasía porque fatalmente, además, ha decidido ponerse ese día la camisa blanca entallada que le regaló su difunta hace ya un lustro creyendo que, de ese modo, la estrechez realzaba mejor su fondona figura. Lo peor llegará cuando quiera convencerse a sí mismo de que la joven no habrá querido salir con él sólo por disfrutar de una romántica cena en su compañía y para demostrarle que, pese a todo, sigue conservando un espíritu todavía joven, acabará invitándola a bailar a la discoteca más próxima en cuyo interior el ridículo se tornará ya del todo completo volviéndose sin remedio en su  contra.

No quiero ni pensar cómo acabará la noche cuando por fin, una vez en el exterior y dominado ya por una ardiente y desmedida  pasión, sus incontrolables afectos hasta ahora escondidos alcancen sin remedio el climax del paroxismo.

No me negarán ustedes que ser un CARCAMAL es algo bien distinto a la definición que de él hace la RAE

jueves, 27 de abril de 2017

NEGOCIOS ILÍCITOS PERO MENOS SUCIOS

Emulando a ciertos políticos corruptos he decidido dedicarme también a los negocios fáciles y con poco o nada de riesgo para mí integridad moral. Para ello dispongo de una modesta infraestructura  con  la que un grupo formado por cinco personas de mi total confianza aunque distinta condición llevamos probando suerte en juegos de azar desde hace unos veinte años sin éxito ninguno pero a la que quisiera extraerle algún rendimiento económico que nos permita, por lo menos, recuperar el dinero invertido hasta hoy.

Tal como he asegurado antes, hace ya unos veinte años, un pequeño grupo de funcionarios de Mollet del Vallés, entre los que me cuento, nos asociamos, -a raíz de una esperanzada premonición auspiciada por un vidente de toda nuestra confianza-, para intervenir conjuntamente en una serie combinada de apuestas en el sorteo del EURO MILLÓN sin que hasta la fecha hayamos tenido la suerte de haber obtenido ningún premio millonario. Pero lo que sí parece del todo cierto es que aquella primitiva premonición evidenciaba entonces que, -más tarde o más temprano-, terminaríamos siendo agraciados con el premio máximo jamás otorgado y por todos nosotros deseado y, por ende, acabaríamos convirtiéndonos de golpe en nuevos multimillonarios.

Mis compañeros, con una confianza también desprendida, delegaron entonces en mí para recuperar todo lo perdido con anterioridad o, lo que es lo mismo, la suma de dinero invertido hasta hoy y abandonar finalmente el compromiso adquirido hasta entonces en materia de juego. Como quiera que, según el mencionado vidente, en un tiempo sin precisar pero que llamaríamos “X” obtendríamos con toda seguridad el preciado máximo premio anhelado por todos, he deducido que, para que ello se produzca con la debida eficacia, debería de transcurrir una serie de años a la que denominaríamos “X” menos los primeros veinte años que ya llevamos jugados sin éxito a razón,  exactamente, de veinticinco euros por semana (5 c/u). De modo que si lográsemos vender a cualquier interesado esta certera combinación, presumiblemente ganadora en un futuro no muy lejano (X-20), habríamos de hacerlo por un valor estimado igual al resultado de multiplicar veinticinco euros por las cuarenta y ocho semanas de un año y el resultado obtenido multiplicado a su vez por los veinte años que ya llevamos jugando, operación con la que trataríamos de recuperar todo el dinero invertido hasta ahora: es decir, (25x48x20) o lo que es lo mismo, 24.000 euros.

Estos 24.000.- euros en concepto de pago por indemnización no sólo garantizarían para los nuevos propietarios el beneficioso descuento de veinte años de apuestas durante el que nosotros habríamos estado jugando sin el menor éxito posible sino que el tiempo restante de espera establecido por la certera premonición hasta obtener el ansiado premio del EURO MILLON resultaría, como consecuencia, muy ventajoso además de sensiblemente menor al que nosotros mismos estuvimos en el pasado inútilmente esperando. Es decir, les supondría un ahorro de tiempo de veinte años.

EJEMPLO: 
Si el tiempo de espera para obtener el premio, -según la premonición-, hubiera estado previsto en veinticinco años, los nuevos propietarios de la combinación ganadora, con el pago de los 24.000,- euros, se habrán ahorrado las muchas incertidumbres, desencantos, desilusiones, frustraciones, asistencias a ventanilla, comprobaciones, etc., etc., que les hubieran supuesto las fracasadas apuestas de los primeros veinte años de juego. Por lo tanto, para asegurarse el éxito, sólo les restaría jugar y en consecuencia pagar durante un periodo no mayor de cinco años más hasta lograr convertirse, finalmente, en unos afortunados y felices millonarios.


lunes, 27 de marzo de 2017

MI PERRO NO FUMA

Hace ya más de veinte años que dejé el hábito de fumar y en todo este tiempo no me había parado a reflexionar sobre un detalle aparentemente sin importancia como es el hecho de que nunca, que yo recuerde, llegué a ver fumar a nadie en el interior de un estanco; ni siquiera al propietario. El estanco sólo expende tabaco a su comprador pero el placer de fumar hay que buscarlo luego en cualquier otro sitio distinto: la calle, la plaza, el bar, etc., etc. Esta humilde reflexión viene a cuento a raíz de una simpática anécdota acaecida ayer mismo en el pueblo más cercano a donde vivo: Llagostera.

El aire frío nos obligó a mi perro y a mí a entrar en el bar del viejo casino de Llagostera con la intención de tomarme un café. Una vez atravesado el umbral, el único parroquiano que se sentaba cerca de la entrada, al vernos llegar exclamó en voz alta: 

-¡Vaya, hombre! De modo que prohíben fumar en el interior del local y, sin embargo, sí que permiten la entrada a los perros.

-¡Usted perdone!, –respondí- pero da la casualidad de que mi perro no fuma.

-Encima, con cachondeo, -balbució.

-Encima y debajo, -respondí de nuevo.

El parroquiano entonces, señalando amenazador al perrito con el índice, exclamó en voz alta:

-No me haga Vd. enfadar con sus bromas porque soy capaz hasta de morder al perro.

-Eso si antes no le tumbo yo los dientes de un puñetazo, -amenacé

Se hizo de pronto un incómodo silencio entre nosotros. El parroquiano, acariciando la copa vacía sobre la mesa, mirando compasivo al perro, se lamentó:

-Usted perdone, pero yo sólo quería fumarme un cigarrito en paz. De modo que, en realidad, no me importa que entre aquí su perro, ni siquiera los ciento un dálmatas de ese americano. ¿Cómo se llama?, ¿Disney?

-¡Lo siento!, -dije. Yo también sólo quería tomarme un café con tranquilidad pero, dígame, ¿por qué no sale Vd. fuera y se lo fuma, si tantas ganas tiene? 

-Pues porque hace mucho frío, ¿no le parece?

Al final me arrepentí de mi propia insolencia ante aquel desdichado parroquiano que posiblemente tuviera razón al criticar con tanta vehemencia la estricta prohibición de no fumar en el interior de aquel desvencijado local y que, -frente a la dirección del mismo-,  utilizara la presencia de los perros como excusa para lograr su tan ansiado propósito y calmar así su evidente síndrome de abstinencia.



lunes, 21 de septiembre de 2015

MURPHY Y SUS INHUMANAS LEYES

Tratar de engañar a MURPHY aún manipulando sus propias leyes resulta del todo imposible. Prueba de ello es lo sucedido a un buen amigo mío cuyo nombre no menciono, precisamente, para preservarlo de las iras del propio MURPHY. Este amigo, licenciado en Historia del Arte, trabaja en solitario en un pequeño Museo Diocesano a dónde, según él, nadie acude, excepto cuando trata de advertir al visitante de su momentánea ausencia por visita al W.C. por medio de un cartelito pegado en el cristal de la puerta que justificaría así su no presencia. En ese mismo instante, inesperadamente, siempre suele presentarse alguien con lo que, mi amigo, mientras dure su recorrido por el lugar, tratará de contener sus extremas necesidades fisiológicas. Él atribuye este desafortunado contratiempo a la famosa Ley de MURPHY sobre el particular.

Como quiera que lo que desearía mi amigo es recibir al mayor número de visitantes posibles en su diminuto Museo, tomó la ocurrente decisión de dejar pegado para siempre el socorrido mensaje sobre el cristal de la puerta, intentando así creer burlar a MURPHY y aprovecharse de paso de su propia Ley mientras el local rebosaría siempre de numeroso público.

Pero nada de eso ocurrió porque a MURPHY es imposible engañarle. Sin embargo yo le propuse una segunda alternativa que si bien no garantizaba en absoluto la presencia de público que él hubiera deseado en el Museo si que no tendría problemas en satisfacer felizmente sus perentorias necesidades fisiológicas en el futuro. La opción en cuestión consistiría en acudir al W.C. siempre que lo necesitara sin mecesidad de colocar cartel alguno que lo justificara.

domingo, 16 de agosto de 2015

COCHINA INFIDELIDAD


-Hasta que no me duche, mi mujer se niega rotundamente a mantener relaciones sexuales conmigo.
-Y ¿como lo lleva ella?
-Pues, ha encontrado un hombre rana que, al parecer, sólo sale del agua para meterse en su cama.
-Y tú ¿que tal?
-Yo me he echado una amante
-Será una guarra ¿no?
-Tanto como lo pueda ser yo
-¿Y qué es lo que tanto te preocupa?
-Pues que no puedo soportar los celos
-Entonces, dúchate, ¡coño!
-¿Acaso crees de verdad que duchándome acabarán abandonándome los celos? 

viernes, 1 de mayo de 2015

CLASE MAGISTRAL

De una noticia para un History-board by zoilolobo 

 

  


En el día de ayer, un joven estudiante de esta facultad de Bellas Artes de la UB resultó víctima de una obsoleta clase magistral profunda impartida por del profesor "X, titular de Arte Conceptual. 

El alumno se encuentra ingresado aunque fuera de peligro en la Sala de Víctimas de Clases Magistrales en la 1ª planta de este mismo edificio. Según el parte médico, no se teme por su vida académica. 

Esta misma mañana, aún convaleciente, el paciente ha podido esbozar sus primeros bocetos a lápiz, unos cuantos dibujos a tinta china e, incluso, se ha atrevido con una acuarela de regular tamaño.

Según declaraciones del propio profesor, éste se vio obligado a emplear ayer tal primitivo método de docencia al comprobar, según sus propias palabras,  que la clase se le iba por momento de las manos.


Por fortuna, la estridencia de un teléfono móvil al sonar, interrumpió momentáneamente la alocución del profesor, lo que aprovechó la veintena de estudiantes que en ese momento se encontraban en el aula para huir precipitadamente escaleras abajo en dirección a la cafetería del centro que a esa hora aún permanecía abierta.

Al profesor se le ha abierto un expediente muy disciplinario.

El enfermo evoluciona muy favorablemente.















martes, 17 de junio de 2014

DISPOSITIVOS DE SEGURIDAD EN MADRID


ABDICACIÓN DE JUAN CARLOS I




Ni quito ni pongo Rey sino (pero) ayudo a mi señor.

Famosa frase atribuida a Bertrand du Guesclin, aliado de ENRIQUE, hermano bastardo de PEDRO I “El Cruel”.

Luchaban entre sí Pedro I y su hermano bastardo Enrique. Pedro se disponía a dar muerte a su hermanastro Enrique, cuando Bertrand du Guesclin asió de la pierna a Pedro I cosa que aprovechó el bastardo Enrique para dar muerte a Pedro.

Ante esta situación, el francés Bertrand pronunció la famosa frase que se le atribuye: NI QUITO NI PONGO REY SINO AYUDO A MI SEÑOR

martes, 19 de noviembre de 2013

ASÍ LAS COSAS




A decenas de metros bajo tierra y en un vagón de METRO, ¡un libro!
Una joven pasajera leía hoy un libro  y no un libro cualquiera, un libro de, por lo menos, doscientas páginas. Que sorpresa tan agradable: ¡un libro,  cuanto tiempo!
Llegado a la facultad comenté ufano el hallazgo a Fredy, un amigo. ¿Sabéis que me contestó?


-¿Estás seguro de que era un libro?


viernes, 18 de octubre de 2013

LA GUITARRA DE CHARLIE RIVEL




La réplica del diputado del PP a la intervención de un miembro de la oposición no se hizo esperar.

-¡¡Payaso!! -le increpó el del PP.

-Ya me gustaría a mí ser Charlie Rivel -replicó el de la oposición- para romperle la guitarra en la cabeza.

-¡Señoría! por favor, -le reprendió el Sr. Presidente- absténgase de hacer apología de la violencia

-Hacer apología de la violencia, -rectificó el aludido,- no sería decir que le rompería la guitarra en la cabeza, sino que  le rompería la cabeza con la guitarra; que no es lo mismo pero sí es lo que su señoría se merece.